lunes, 22 de noviembre de 2010

TERMINADA!!!

Profesora: Valentina Carrozzi
Asignatura: Teoría y Problemas del Conocer



Justicia ¿Hablamos de una Utopía?

http://ocw.unican.es/humanidades/historia-antigua-de-la-peninsula-iberica/seminarios/jano



Maximiliano Fuentes
3ºA
23/11/2010

Índice:

Página 1: Portada
Página 2: Índice
Página 4-6: Introducción
Página 7-13: Desarrollo
Página 14-17: Conclusión
Página 18-19: Pauta de autoevaluación



























Introducción:

En esta tesis filosófica abordaré como tema La Justicia, explicando desde cómo surge en mí estas ansias de escribir un documento para exponer mi punto de vista frente al tema, pasando por cómo veo la justicia en nuestros días hasta llegar a una conclusión respecto al tema. Si bien pueden quedar algunos temas o preguntas abiertas, pido comprensión por el tiempo en que se realizó este trabajo.
Quizá a algunos el tema no les parezca de gran interés, pero a mí me emociona y me llena de pasión el querer luchar por llegar a la Justicia y es ésta misma uno de los pilares más fundamentales en nuestra sociedad.

Hace algún tiempo vengo preguntándome acerca de qué es la Justicia y para qué sirve en este mundo. Es necesario determinar qué entenderemos por Justicia en esta tesis y antes de establecerlo, haré referencia a que la justicia es una concepción de equidad y bien común, que hoy en día se ve reflejada en un conjunto de normas y reglas positivas e implícitas que dictan ciertos marcos o límites en la relación entre el individuo y la sociedad. Si bien la justicia puede adquirir varios significados, yo la entenderé como la virtud de darle a cada cual lo que le corresponde o lo que le pertenece y que debe entregarse por derecho o razón.

La inquietud por la justicia surgió en mí cuando me encontraba en Ejercicios Espirituales (experiencia cristiana que consiste en 4 días de reflexión, oración, silencio y conexión con Dios). Recuerdo que estaba reflexionando sobre la justicia y los pecados sociales que se comenten en nuestra sociedad y pude darme cuenta de muchas cosas, una de ellas y la que más me causó tensión fue que me encontré con el hecho de que la justicia, algo que se promete igualitaria para todos, no es lo que dice ser, es decir, hoy en día nos encontramos con que la justicia es influenciada o privilegia a aquellos de estrato social acomodado-alto y a las personas pobres o de bajos recursos las deja de lado y se olvida de ellas. Esta inequidad me dejó pensativo y creo que fue lo que más me conmovió de aquella experiencia.
Antes de Ejercicios Espirituales sentía que mi camino profesional iba por el área de la Ingeniería, sin embargo, una vez vivida la experiencia me di cuenta que mis motivaciones e intereses apuntaban hacia otro rumbo y que este nuevo camino mueve mi intelecto y mi pasión por mejorar la sociedad. Ahora siento que mi camino profesional está en el Derecho, ya que, creo que desde ahí voy a poder intentar cambiar lo que tanto me molesta y voy a estar actuando desde el terreno mismo, desde aquello que hace que “la justicia se cumpla”. Podríamos decir que a algunas personas no les importa resolver el problema que he planteado más arriba, claramente lo vemos hoy en día pues nadie ha tomado riendas del asunto seriamente, todo queda en promesas y palabras, las cuales no tienen valor hasta que se materializan en obras, pero a mí sí me importa, por algo escribo esta tesis y por algo me siento llamado a servir en el ámbito del Derecho. Siempre he sentido gusto en la ayuda social, he podido conocer diferentes realidades y lamentablemente siempre me encuentro con una en común, y es que al pobre se le discrimina tanto por su apariencia o por no tener los suficientes recursos económicos. Basta con mirar a las personas en un día cotidiano en el cual van caminando por la calle y al ver a un vagabundo o a una persona de apariencia “flaite” (tendencia urbana que se ha desarrollado en Chile) deciden hacerles el quite cruzando la calle o corriendo la mirada y toda esta discriminación se ve reflejada en el ámbito laboral, social, en la justicia, etc.

Traté de formular una pregunta o frase que fuese capaz de resumir mi inquietud y me dije que la justicia no puede ser aquello que brinda a cada persona lo que merece, porque es algo determinado por nosotros mismo y ¿Cómo es posible que nosotros, humanos, podamos decir o decidir qué cosa merece o no merece una persona? Pienso que la justicia es trabajo para un dios y nosotros debemos hacer que nuestras leyes y normas (que al fin y al cabo buscan entregar orden, respeto, paz y también “justicia”) puedan ser igualitarias para todos, sin menos preciar a alguien por su apariencia o estrato social.

Una frase que escuché de un cercano destaca mucho lo que quiero decir, es la siguiente:
“La justicia en nuestros tiempos es un templo en donde rezan personajes Implorando perdón y suplicando que las calamidades terminen.
Lamentablemente el aforo del templo es tan pequeño que pocos logran entrar en él y muy pocos son escuchados”
En lo personal, siempre he creído que la justicia debe estar establecida y explícita en las constituciones, leyes, etc. Pero viendo noticias, leyendo diarios me encuentro con una realidad algo opuesta, ya que, veo cómo personas (que en su mayoría son de buen estrato) llegan a buen término en sus casos judiciales y cómo personas de bajos recursos quedan con la esperanza de que la justicia llegará y los dejará satisfechos, es esto último lo que mi amigo quiso decir con su frase y por eso mismo me hizo sentido cuando la oí.
En este punto me encuentro con otra inquietud, ya que, siento que la justicia puede llegar a considerarse como una valoración subjetiva pero que se basa en algo que es aplicado para todos, es decir, la norma positiva. Esto hace que me pregunte ¿ Es la justicia algo relativo? Con una respuesta precipitada, diría que como derecho es algo objetivo, al menos dentro de un mismo Estado o cultura, que no varía, ya que, está establecido en nuestro cuerpo jurídico (el cual puede ser sometido a varias interpretaciones pero aún así es uno solo), pero si vemos la justicia como un valor, pienso que puede ser algo relativo… Me pregunto por qué puede serlo y trataré de abarcar esta pregunta más adelante.


He encontrado y leído algunas frases respecto a la justicia y creo que tienen lugar en mi inquietud:
·         De todas las virtudes, la más difícil y rara es la justicia
·         La más excelente de todas las virtudes, es la justicia.
·         No está la justicia en las palabras de la ley.
·         La justicia, no es de ningún modo, obra de la ley.
·         Lo que consideramos como justicia es con mucha frecuencia una injusticia cometida a nuestro favor.
·         La ley está hecha para el hombre y no el hombre para la ley.

Todo lo planteado en lo que va de tesis es que me mueve a escribir una tesis
respecto a la justicia y siento que me ayudará a obtener mayor motivación para mi futuro y me tiene entusiasmado escribirla, ya que, es algo que vemos día a día en nuestra sociedad y a veces me pongo a pensar si es que la justicia es algo más inventado por el hombre para generar consuelo o esperanza en el prójimo.




Desarrollo

Mi cuestionamiento respecto a la Justicia es principalmente porque se contradice entre lo que significa y lo que llevamos a la práctica. Siempre decimos que la Justicia debe ser igualitaria para todos, pero aún así, siento que este concepto posee relatividad y subjetividad, pues lo que le puede parecer justo a alguien, no necesariamente es lo que va a satisfacer mis ansias de justicia.

A veces tendemos a confundir entre Estado de Derecho y Justicia, estos términos no nos indican lo mismo, pero sí tienen una relación. El Estado de Derecho es aquel conjunto de normas, leyes a través del cual se establece el orden público para que los seres humanos logren una sociedad de respeto, pienso que la Justicia debe estar sostenida por el Estado de Derecho pero aún vemos la desigualdad en la Justicia, visión que contradice nuestro concepto.

No me deja de hacer ruido la posibilidad de que la Justicia esté controlada por poderes fácticos como las clases sociales y el dinero, me baso para decir esto en lo que mencioné en un comienzo ¿por qué el de clase alta puede obtener justicia antes que el de clase baja? ¿Será porque se “valora” más a aquel que posee bienes y el que no los posee lo tomamos como una simple máquina de trabajo que se le puede prometer de todo y no cumplirle?

Pienso que la justicia, entre otras cosas, es lo que hace que nuestra sociedad se sostenga, es uno de los pilares bases y con esto me refiero a que las principales instituciones de nuestra sociedad (constitución política, leyes, principales instituciones económicas) deben ser capaces de distribuir los bienes de manera equitativa y siempre teniendo en cuenta la división de las clases sociales (división social determinada por el ingreso económico de un individuo), pero nuestra sociedad es construida por el criterio de algunos, y sólo el criterio de aquellos que tienen más razón sobre la realidad es el que prevalece, es decir, que nuestra sociedad es construida de acuerdo a lo que nos dicen los más “poderosos” o “sabios” y pienso que es precisamente eso lo que limita nuestra capacidad de poder mirar más allá de lo que se nos presenta. Podríamos decir que la justicia se construye a partir del criterio de los más poderosos, capacitados para darle una visión universal a la Justicia, y en nuestra sociedad consideramos poderosos a aquellos que poseen dinero, armas, etc. Y aquí me encuentro con otra pregunta, ya que, pienso que este tipo de hombres construyen, pero lo que construyen lo hacen para que esto los favorezca de alguna forma.

A continuación, revisaré a algunos teóricos contemporáneos para ampliar mi campo de reflexión:
“Según Elster (teórico social y político noruego) una primera respuesta aproximada a la teoría de la justicia es que es un sistema de libertades, obligaciones y distribución de los ingresos. Con diversos enfoques, la mayoría de las teorías coincide con este planteamiento. Es necesario decir que al hablar de la distribución de los ingresos nos referimos tanto a la distribución directa de los impuestos, transferencias, como a la distribución de los ingresos que se generan por los recursos productivos o los que se generan por el consumo de artículos o bienes personales (bienes materiales, servicios, respeto por uno mismo, bienestar, conocimiento, salud, aptitudes mentales o físicas, etc.)”[1]

La teoría expuesta anteriormente es sólo una de las tantas que existen (también está la teoría propuesta por Rawls o la de los utilitaristas), pero entre ellas no concuerdan en algunos puntos, por ejemplo, Rawls le asigna mucho valor al respeto por uno mismo y por el otro, mientras que los utilitaristas dicen que el bienestar es lo más importante. En lo personal concuerdo con lo que plantea Rawls (filósofo estadounidense), pues si todos nos respetáramos y nadie desvalorizara a nadie, alcanzaríamos un mayor grado de desarrollo cultural y la pirámide social en la que vivimos se vería un poco más estrecha, ya que, aquel que está en la punta sería más consciente de lo que le pasa al último eslabón y podríamos obtener una sociedad más justa.

Nuestra sociedad es un gran círculo en el cual todos los individuos buscan obtener las mayores ganancias y beneficios, hoy en día nos regimos por ciertas reglas que ayudan al mejor trato entre los individuos, pero cuando aparecen los intereses estas reglas son pasadas a llevar, pues cada individuo lucha por el bien propio y no por el mutuo, que es aquel por el cual todos deberíamos movernos. Muchas veces, un individuo para obtener mayores ganancias o beneficios propios, es capaz de pasar a llevar a otra persona, tratarlo como una mera herramienta productora de dinero y que al fin y al cabo es considerado como un número más, esto es deshumanizar al hombre, lo cual atenta directamente contra la moral de éste, pasando de ser una deshumanización a una total injusticia, pienso que si todos trabajáramos en cooperación, valorizándonos como personas y no valorizándonos por el rango social o laboral en el que nos ubicamos, obtendríamos avances en muchos ámbitos, tendríamos una mejor condición moral, laboral y construiríamos una sociedad más fuerte y armónica.

La semana del 15 al 21 de agosto de este año, los alumnos de 3ro medio fuimos a una experiencia que se realiza en nuestro colegio llamada “Trabajos de Fábrica” en la cual formamos grupos y una familia desconocida nos acoge, luego en la semana debemos ir a trabajar a una fábrica, cumpliendo con todo lo que se le pide a un obrero. En esta experiencia me di cuenta de muchas cosas, una de ellas fue que el modelo social, el cual yo lo veo como una pirámide, no está tan mal, lo que sí está mal es la actitud de aquellos que están arriba pues el dinero y el poder los hace vivir en una nube, despreocupados de lo que le pasa al de más abajo, que en este caso era el obrero. En esta experiencia muchas cosas me parecieron injustas y basándome en el pensamiento utilitarista (pero lo útil puede ser bueno para muchos o unos pocos) y de Rawls, nada concordaba. Los jefes siempre bajaban a la fábrica con mirada altanera y lo hacían solamente para humillar y tratar con malas palabras a los trabajadores, con el fin de que éstos realizaran de mejor manera su trabajo. Este hecho causaba enojo en los obreros y cada día crecía más y más el recelo hacia sus jefes. La fábrica en la que trabaje estaba repleta de elementos químicos y tóxicos y la empresa no contrataba médicos que fuesen a revisar periódicamente a los trabajadores, ante esto, le plantee mi duda al jefe, ya que,
pensaba que no era obligación de la empresa contratar ese servicio, pero el mismo jefe me dijo que sí era obligación de la empresa y que sí lo hacían, pero esto se contradecía con lo que me contaban los obreros y con las 3 muertes que sucedieron en esa fábrica producto de intoxicación y falta de atención médica. Evidentemente en esta empresa el respeto entre obreros y jefes era poco, más aún por parte de los jefes. Otra gran diferencia se veía en las condiciones para almorzar, esto lo hacían en un casino común para obreros y gerentes, pero las comidas de los obreros eran muy diferentes a la de los gerentes; los obreros tenían “tablas con clavos” como ellos las llamaban, mientras que los gerentes tenían mesas espectaculares y un almuerzo decente, lo mismo pasaba con los tiempos del almuerzo, los obreros sólo tenían 30 min. para hacerlo y los gerentes tenían 1 hora. El respeto y el bienestar eran totalmente avasallados y es aquí donde yo puedo decir que la ley de la vida es que hayan perdedores y ganadores o ricos y pobres, pero el trato que le dan los ganadores a los perdedores o los ricos a los pobres es en lo que no concuerdo y donde veo la injusticia.

Toda persona posee ciertos derechos y deberes, pero estos se basan en cierta concepción de ser humano para establecerlos y quiero detenerme aquí para profundizar. En la concepción de ser humano de los derechos humanos se tiene una muy “elevada” que califica al humano como una persona capaz de pensar por sí mismo, de valerse por sus medios y que es un ser que necesita afecto, dotado de conciencia, de fraternidad, de voluntad libre y capaz de comunicarse mediante el lenguaje y todas estas características son las que le dan dignidad a una persona y por lo tanto los derechos humanos, yo me pregunto ¿Qué sucede con aquellas personas con problemas mentales, incapaces de pensar por ellos mismos? ¿Quedarían excluidas de los derechos humanos y por lo tanto no poseen dignidad? Otro punto en el que encontré un problema es en el preámbulo de los Derechos Humanos que plantean que el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables constituye la base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo, si consideramos nuevamente el caso de una persona con problemas mentales, la cual no cumple con la definición de persona dada por los Derechos Humanos, esta no posee ni libertad, ni justicia, ni puede contribuir a la paz mundial, ya que, no sería considerada como persona y por lo tanto no podría ser trata con respeto, ni con justicia y en último término con dignidad. ¿Cómo es posible no reconocer a un humano como tal? ¿Será que los derechos humanos juegan un rol de “seleccionamiento” tratando de dejar al margen de todo a aquellos considerados como “raros” o “enfermos”?
Ahora me referiré a los Derechos y Deberes Humanos en el plano en que se considera a una persona como tal, éstos los obtenemos por el hecho de ser seres humanos y nadie ni nada nos los puede quitar, pero sí nos los pueden suspender como por ejemplo cuando a una persona la encarcelan, a ésta no le quitan el derecho a libertad, sino, que se la suspenden por un período determinado. Todos los seres existentes en este mundo poseemos ciertos derechos, los cuales son libertades o facultades a ciertos bienes básicos que incluyen a toda persona (independientes de su sexo, edad, estrato social, nacionalidad, etc.) por el simple hecho de su condición humana y para que ésta pueda llevar una vida digna. Estas facultades de todo ser humano no dependen del Derecho Interno (cuerpo jurídico) de un país, pero sí están establecidas dentro de él. Todos estos derechos permiten una mejor relación entre la persona y la sociedad y permite que un individuo tenga una vida más digna. Anteriormente mencioné que los derechos humanos permiten que el individuo pueda llevar una vida digna, pero ¿Qué es la dignidad? La dignidad es una praxis que le da la condición a un humano de ser respetado y de necesitar del afecto de los demás, nuevamente caemos en la cuestionante de las personas enfermas mentales, pero seguiré abordando el tema a partir de aquel que cumple con la noción postulada en los Derechos y Deberes humanos.

La dignidad es un valor inherente al ser humano por el hecho de ser y lo podemos reconocer dentro de nosotros y en los otros, pero no puede ser entregado a otras personas o cancelado, pero sí podemos ignorarlo. Este valor intrínseco del individuo lo caracteriza desde que nace hasta que muere y lo ayuda en su relación con su mundo (conjunto de relaciones que establece la persona con los demás). Otra de las facultades que otorga la dignidad humana, es que podemos acceder a los derechos y deberes sin ningún costo, los cuales también ayudan en la constitución del ser. La dignidad también proporciona una serie de valores, entre ellos están (hablaré solamente los que considero que tienen relación con el tema que estoy abordando en esta tesis, los otros sólo los nombraré):

·         Principios de no-malevolencia y de benevolencia.
·         Principio de Integridad.
·         Principio de doble efecto
·         Principio de respeto: en cada acción o contexto debemos tratar a los demás y a nosotros mismos con el respeto que tenemos por nuestra dignidad y por nuestro valor como persona. Es importante distinguir las diferentes formas en que hablamos de respeto, ya que, en ocasiones nos referimos al respeto en forma de admiración ("Te mereces mi respeto"), pero el principio de respeto se refiere a algo general que se le debe a todo individuo.
·         Principio de justicia: nos dice que tratemos a las personas como les corresponde por su condición humana, es decir, tratar a todos por igual en diferentes contextos. Aquí se presenta un problema, ya que, la justicia posee diferentes aspectos ( existe la justicia distributiva; conmutativa; procesal y retributiva) ¿Esto quiere decir que cada persona debe ser tratada de manera diferente acorde al plano de justicia al cual estemos recurriendo, es decir, va a ser diferente el trato que le demos a una persona en un contexto desde el punto de vista de la justicia conmutativa, al trato de la misma persona, en el mismo contexto, pero bajo la visión de la justicia distributiva?

Para comenzar a tratar la pregunta planteada al final del párrafo anterior, debemos definir primero cada tipo de justicia mencionada:
·         La justicia distributiva apunta a la asignación igualitaria de bienes materiales a todos los miembros de la sociedad, sin importar su estrato. Este tipo de justicia habla de un igualitarismo estricto, pero no toma en cuenta la responsabilidad o ejercicio de trabajo de una persona, es decir, da lo mismo si una persona es gerente general de la empresa más importante del país o una persona que trabaja como barrendero, ambos deben recibir lo mismo en cuanto a bienes materiales. A lo largo de la historia se ha generado una discusión por este tipo de justicia, ya que, algunos hablan de ella como “La justicia según la necesidad” donde aquellos con mayores necesidades deben recibir mayores asignaciones de bienes. Otros se refieren como “La justicia según el mérito” donde se sostiene que aquellos que contribuyen más a la producción de bienes deben tener una mayor asignación. Personalmente, veo esta justicia como la segunda propuesta, ya que, la primera da para que las personas se vuelvan sedentarias, en el sentido de quedarse sin hacer nada pues tienen la seguridad de que van a recibir más al tener menos, también pienso que las cosas deben ganarse por esfuerzo y mérito, haciéndonos valer por lo que somos y sin esperar de brazos cruzados a que otros nos brinde ayuda, sino, que buscando la solución a los problemas nosotros mismos.
·         La justicia conmutativa se refiere directamente a la igualdad, pero de acuerdo al intercambio de bienes. En pocas palabras dice que la igualdad en el valor de bienes que se intercambian es necesaria para que el trato se pueda considerar como justo. Por ejemplo (bajo el punto de vista de esta justicia), no sería justo que yo comprase un par de aros de oro, pagando con una escoba común y corriente. Esta justicia regula la relación entre un individuo y otro.
·         La justicia procesal es aquella utilizada para resolver conflictos y/o asignación de recursos. Está relacionada tanto a los procedimientos legales (por ej: resolución de delitos) como a los no- legales (por ej: resolución de conflictos o repartición de beneficios)
·         La justicia retributiva señala que el castigo es adoptado como una condición moralmente aceptada ante una falta o crimen, también dice que el castigo o la pena aplicada a una persona debe ser proporcional a la falta o crimen que haya cometido, básicamente es la ley del “ojo por ojo, diente por diente”.

Volviendo a tomar la pregunta anterior respecto al trato hacia el individuo en los diferentes campos de la justicia, pienso que efectivamente varía, ya que, los diferentes planos de la justicia mencionados abarcan la vida del individuo desde diferentes puntos de vista, tratando de cubrirla por completo y sin dejar de lado ninguna perspectiva, pero aún así, todas comparten el hecho de ser justicia, por lo que, independiente a la que nos estamos refiriendo, nunca podemos olvidar la dignidad del hombre y siempre debemos tratarlo con respeto.

En un comienzo me pregunté si la justicia era relativa, dando como respuesta acelerada que como derecho, no podía serlo; pero como valor, sí podía. La justicia es un conjunto de reglas y normas establecida en un cuerpo jurídico, que busca entregar equilibrio, bien común y armonía en una sociedad. Estas normas se dictaron por el acuerdo de algunos hombres que se basaron en las necesidades de su sociedad, las cuales quedaron como reglas para la interacción entre los individuos, éstas fueron evolucionando con el tiempo, acorde a las necesidades y exigencias del pueblo. Todas estas normas están escritas en el cuerpo jurídico (constitución política, leyes, etc.) de una nación y estando en estas condiciones pasan a ser únicas, en el sentido de que no son relativas, ya que, basándose en ellas se rige toda una sociedad e incluso una cultura y se aplican para todos de la misma manera. Cambia el panorama cuando nos referimos particularmente al individuo, ya que, aquí la justicia se toma como un valor, el cual se adecua a cada persona de acuerdo a sus convicciones y experiencias de vida (está de más decir que esto es diferente para cada persona, pues cada individuo escribe su vida de diferentes maneras).Al referirnos a la justicia como un valor, podemos entender por qué vemos a tantas personas en las noticias reclamando porque la sentencia dictada hacia un criminal no es la suficientemente severa y esto se debe a que simplemente lo que les parece justo a ellos, no es satisfecho por el cuerpo jurídico o era suficientemente justo para aquellos que lo establecieron por acuerdo.










Conclusión:

Si bien a lo largo de este escrito he tratado a la justicia desde el punto de vista “ideal”, de cómo se debería presentar en nuestra sociedad quiero dejar en claro que esto no es lo que vemos en nuestros días. Mi postura siempre ha sido que toda la humanidad, cada persona, cada cultura, debiera aspirar a un mismo concepto de justicia, alcanzándolo de manera universal, pero me he dado cuenta que la justicia es diferente en cada cultura, tomando en cuenta que el mundo está dividido en dos grandes culturas (de las cuales emergen sub-culturas), la occidental y la oriental, podemos presentar diversos casos en que en una cultura está permitido algo y en la otra es imposible realizarlo, por ejemplo: en la cultura oriental es posible apedrear a una mujer hasta matarla por haber sido adúltera y esto es considerado como una medida justa de castigo por su falta, pero realizar esto en nuestra cultura (haciendo referencia a la occidental) es algo impensable de realizar y aquel que lo intentare hacer, seguramente iría a la cárcel recibiendo el golpe de la ley. Todo esto me lleva a preguntarme ¿podemos alcanzar una justicia común, aspirando a un mismo ideal que logre ser universal? Y si no es así ¿cómo lograremos el equilibrio y la armonía social siendo que cada cultura tiene su propia concepción de justicia? Analizando esto, comienzo a pensar en que si queremos alcanzar esta unidad, una de las culturas tendrá que imponerse frente a la otra, haciendo que su forma de ver la justicia prevalezca de manera que exista una sola forma de llevarla a la práctica, es decir, establecer una sola definición de justicia que encamine a toda la humanidad.

A medida que iba escribiendo esta tesis, comenzaba a pensar en la discriminación y deshumanización que vemos día a día en nuestra sociedad, el hecho de no respetar a los individuos por su condición de ser seres humanos, volverlo un instrumento, el trato que le dan los de arriba a los de abajo y como éstos últimos reaccionan ante esto, etc. Son sólo algunos de los factores que gatillan a que vivamos en una sociedad más separada e individualista.

Me parece que muchas veces cometemos el error de confundir la justicia como derecho y como valor, ya que, constantemente vemos en los medios de comunicación a personas que pelean por que se haga justicia, pero yo me pregunto ¿Pelean porque se cumpla su justicia o la justicia establecidas en nuestro estado de derecho? Claramente no podemos pedir que se haga justicia basándose en las necesidades de cada individuo, con esto no existiría sociedad, sino, vida individual y seres que sólo se preocuparían por ellos.

También queda sonando en mí el hecho de que nosotros podamos establecer lo que otro se merece o no, basándonos en el criterio de algunos considerados como “los poderosos” ¿Qué sucedería si, en su fundamento, la justicia fue una creación de esos hombres y todo lo que establecieron fue para obtener mayores beneficios para ellos? Aún así, podemos ver que funciona, muchas veces no en el ámbito individual, pero sí a escala social, ya que, permite que ésta se mantenga en equilibrio.
En fin, creo que ha llegado la hora de hacerle frente a la pregunta ¿Qué es la Justicia?
Sinceramente es difícil definirla en un par de líneas, pero a lo largo de todo este trabajo he podido llegar a la conclusión que la Justicia, como aquella virtud universal, que trasciende a toda la humanidad, es una utopía, ya que, vivimos en un mundo segregado por dos grandes pensamientos que están cegados y no quieren ver más allá, creen que son ellos los dueños de la razón y de la verdad y siendo esto así, es imposible pensar en aquella justicia que encamina hacia un mismo fin a todos los humanos, sin importar sexo, edad, raza, religión, etc. Pero si evaluamos la justicia en un plano más bien cultural, está establecida y explícita. La justicia no es un elemento que lo podamos tomar en nuestras manos, manipularlo; es algo inagotable, es decir, existieron hombres que lucharon toda su vida por lograr la justicia dentro de una sociedad y aún así, después de su muerte, vemos que la sociedad sigue igual o peor. Un ejemplo claro de esto es San Alberto Hurtado y quiero referirme a él, ya que, hasta sólo dos días de terminar mi trabajo, no podía definir muy bien mi concepción de justicia, pero me topé con un libro que él escribió llamado “Humanismo Social” y aquí redacta un artículo respecto a la práctica de la justicia, escribiré, textualmente, estos párrafos que aclararon las dudas que tenía:
“Toda educación social comienza por valorar la justicia. La justicia parece una virtud desteñida, sin brillo, porque sus exigencias son a primera vista muy modestas, por eso no despierta entusiasmo. Su cumplimiento acarrea gloria. Es la mas humilde de las virtudes. Uno podrá ufanarse de sus limosnas, pero no de no haber matado a alguien, ni de haber pagado sus deudas, de no haber difamado al prójimo. Esto es lo que tenía que hacer y nada más.
Y sin embargo la justicia es una virtud difícil, muy difícil cuya práctica exige una gran dosis de rectitud y humildad. Hay mucha gente que está dispuesta a hacer obras de caridad, a fundar un colegio, un club para obreros, a darles limosna en sus apuros, pero que no puede resignarse a lo único que debe hacer, esto es, a pagar a sus obreros un salario bueno y suficiente para vivir como personas.
Hay quienes gozan en abrumar con su bondad a sus inferiores, pero les niegan la más elemental justicia. Y luego se asombran que sus empleados no aprecien todo lo que su bondadoso patrón hace por ellos, que a pesar de todos sus esfuerzos sean ingratos y descontentadizos. Aunque parezca paradójico, es más fácil ser benévolo que justo, pero benevolencia sin justicia, no salvará el abismo entre el patrón y el obrero, entre el profesor y el alumno, entre marido y mujer. Esa benevolencia fundada sobre una injusticia fomentará un profundo resentimiento.
Al que se siente superior le halaga tomar una actitud paternal porque le da una deliciosa sensación de mando. La simple justicia destruye esa sensación y lo coloca en pie de igualdad con los que estima sus inferiores. Pero el hombre, el obrero particularmente, no quiere benevolencia, sino justicia, reconocimiento de sus derechos, de su igualdad de persona. Ningún otro substitutivo lo puede satisfacer.
Esta benevolencia, revela un engaño inconsciente dirigido a eludir la justicia; lo envuelve el deseo de conservar la propia estimación, incluso ante sí mismo, como hombre desprendido y generoso, pero conservando también los beneficios de sus bienes y de su influencia.
El que practica caridad pero desconoce la justicia, se hace la ilusión de ser generoso cuando solo otorga una protección irritante, protección que lejos de despertar gratitud provoca rebeldía. Muchas obras de caridad pueden ostentar a nuestra sociedad, pero todo ese inmenso esfuerzo de generosidad, muy de alabar, no logra reparar los estragos de la injusticia. La injusticia causa enormemente más males que los que puede reparar la caridad
Nos es raro encontrar quienes entiendan mal la doctrina de la Iglesia sobre la caridad. Es cierto que ella coloca a la caridad como la más perfecta de rodas las virtudes, pero no a una caridad que desconoce a la justicia, no a una caridad que hace por los obreros lo que ellos deberían hacer por sí mismos, no una caridad que se goza en dar como favor, atropellando la dignidad humana, aquello que el obrero tiene derecho a recibir. Esta no es caridad sino su caricatura. La caridad comienza donde termina la justicia. A veces se da menos de lo que reclama la justicia y se piensa que de da más.
Que los encantos de la caridad no nos lleven a despreciar esta hermana humilde y sencilla, la justicia. Dejémosla poner en orden la casa, colocar cada cosa en su sitio; después vendrá la generosidad del alma cristiana que llenara con largueza aquello que la justicia no pudo colmar.
Estamos felizmente en una época que clama por la justicia. Después de larga opresión los hombres no piensan satisfacerse con nada menos que con la justicia y aspiran a obtenerla aun cuando en la tentativa hubiera de saltar en pedazos el edificio social.
La pasión por la justicia estalla con fuerza devastadora. En muchos casos la pasión ciega y recurre a medios que están destinados a resultar desastrosos. Es triste, como lo deplora Pío XI, que el clamor por el pan, que es de toda justicia, vaya acompañado con frecuencia con sentimientos de odio que nunca pueden ser justificados.
El marxismo y el totalitarismo en medio de sus exageraciones han hecho un llamado a las masas para reparar la justicia violada por la economía liberal, y si han encontrado en ellas un eco profundo ha sido más que por sus errores, por el alma de verdad que encierran, por su clamor en pro de la justicia. Si tantos obreros se han alejado en nuestros días de la fe, muchas veces ha sido porque ellos alimentan la idea equivocada de que la Iglesia no está incondicionalmente al lado de la justicia, sirviéndoles de pretexto las actuaciones aisladas de muchos católicos desprovistos de sentido social.
A este desorden debemos oponer el orden de la justicia, sin temor de trastornos, ni de catástrofes. Los hombres son muy comprensivos para saber esperar la aplicación gradual de lo que no puede obtenerse de repente, pero lo que no están dispuestos a seguir tolerando es que se les niegue la justicia y se les otorgue aparente misericordia en nombre de la caridad lo que les corresponde por derecho propio.
Debemos ser justos antes de ser generosos. La injusticia causa más males que los que puede remediar la caridad.”[2]


[1]  JOSÉ FRANCISCO CABALLERO, La Teoría de la Justicia de John Rawls, página 1
[2] ALBERTO HURTADO CRUCHAGA S.J, Humanismo Social, capítulo 5, página 86.

domingo, 24 de octubre de 2010

Lo que va de tesis...

Hablemos de justicia


Hace algún tiempo vengo preguntándome acerca de qué es la Justicia y para qué sirve en este mundo. Es necesario determinar qué  entenderemos por Justicia en esta tesis y antes de establecerlo, haré referencia a que la justicia es una concepción de equidad y bien común, que hoy en día se ve reflejada en un conjunto de normas y reglas positivas e implícitas que dictan ciertos marcos o límites en la relación entre el individuo y la sociedad. Si bien la justicia puede adquirir varios significados, yo la entenderé como la virtud de darle a cada cual lo que le corresponde o lo que le pertenece y que debe entregarse por derecho o razón.

La inquietud por la justicia surgió en mí cuando me encontraba en Ejercicios Espirituales (experiencia cristiana que consiste en 4 días de reflexión, oración, silencio y conexión con Dios). Recuerdo que estaba reflexionando sobre la justicia y los pecados sociales que se comenten en nuestra sociedad y pude darme cuenta de muchas cosas, una de ellas y la que más me causó tensión fue que me encontré con el hecho de que la justicia, algo que se promete igualitaria para todos, no es lo que dice ser, es decir, hoy en día nos encontramos con que la justicia es influenciada o privilegia a aquellos de estrato social acomodado-alto y a las personas pobres o de bajos recursos las deja de lado y se olvida de ellas. Esta inequidad me dejó pensativo y creo que fue lo que más me conmovió de aquella experiencia.

Traté de formular una pregunta o frase que fuese capaz de resumir mi inquietud y me dije que la justicia no puede ser aquello que brinda a cada persona lo que merece, porque es algo determinado por nosotros mismo y ¿cómo es posible que nosotros, humanos, podamos decir o decidir qué cosa merece o no merece una persona? Pienso que la justicia es trabajo para un dios y nosotros debemos hacer que nuestras leyes y normas (que al fin y al cabo buscan entregar orden, respeto, paz y también “justicia”) puedan ser igualitarias para todos, sin menos preciar a alguien por su apariencia o estrato social.

Una frase que escuché de un cercano destaca mucho lo que quiero decir, es la siguiente:

“La justicia en nuestros tiempos es un templo en donde rezan personajes implorando perdón y suplicando que las calamidades terminen. Lamentablemente el aforo del templo es tan pequeño que pocos logran entrar en él y muy pocos son escuchados”

En lo personal, siempre he creído que la justicia debe estar establecida y explícita en las constituciones, leyes, etc. Pero viendo noticias, leyendo diarios me encuentro con una realidad algo opuesta, ya que, veo cómo personas (que en su mayoría son de buen estrato) llegan a buen término en sus casos judiciales y cómo personas de bajos recursos quedan con la esperanza de que la justicia llegará y los dejará satisfechos, es esto último lo que mi amigo quiso decir con su frase y por eso mismo me hizo sentido cuando la oí.

En este punto me encuentro con otra inquietud, ya que, siento que la justicia puede llegar a considerarse como una valoración subjetiva pero que se basa en algo que es aplicado para todos, es decir, la norma positiva. Esto hace que me pregunte ¿ Es la justicia algo relativo? Con una respuesta precipitada, diría que como derecho es algo objetivo, al menos dentro de un mismo Estado o cultura, que no varía, ya que, está establecido en nuestro cuerpo jurídico (el cual puede ser sometido a varias interpretaciones pero aún así es uno solo), pero si vemos la justicia como un valor, pienso que puede ser algo relativo… Me pregunto por qué puede serlo y trataré de abarcar esta pregunta más adelante.

Antes de Ejercicios Espirituales sentía que mi camino profesional iba por el área de la Ingeniería, sin embargo, una vez vivida la experiencia me di cuenta que mis motivaciones e intereses apuntaban hacia otro rumbo y que este nuevo camino mueve mi intelecto y mi pasión por mejorar la sociedad. Ahora siento que mi camino profesional está en el Derecho, ya que, creo que desde ahí voy a poder intentar cambiar lo que tanto me molesta y voy a estar actuando desde el terreno mismo, desde aquello que hace que “la justicia se cumpla”. Podríamos decir que a algunas personas no les importa resolver el problema que he planteado más arriba, claramente lo vemos hoy en día pues nadie ha tomado riendas del asunto seriamente, todo queda en promesas y palabras, las cuales no tienen valor hasta que se materializan en obras, pero a mí sí me importa, por algo escribo esta tesis y por algo me siento llamado a servir en el ámbito del Derecho. Siempre he sentido gusto en la ayuda social, he podido conocer diferentes realidades y lamentablemente siempre me encuentro con una en común, y es que al pobre se le discrimina tanto por su apariencia o por no tener los suficientes recursos económicos. Basta con mirar a las personas en un día cotidiano en el cual van caminando por la calle y al ver a un vagabundo o a una persona de apariencia “flaite” (tendencia urbana que se ha desarrollado en Chile) deciden hacerles el quite cruzando la calle o corriendo la mirada y toda esta discriminación se ve reflejada en el ámbito laboral, social, en la justicia, etc.

He encontrado y leído algunas frases respecto a la justicia y creo que tienen lugar en mi inquietud:

• De todas las virtudes, la más difícil y rara es la justicia

• La más excelente de todas las virtudes, es la justicia.

• No está la justicia en las palabras de la ley.

• La justicia, no es de ningún modo, obra de la ley.

• Lo que consideramos como justicia es con mucha frecuencia una injusticia cometida a nuestro favor.
·        La ley está hecha para el hombre y no el hombre para la ley.

Todo lo planteado en lo que va de tesis es que me mueve a escribir una tesis respecto a la justicia y siento que me ayudará a obtener mayor motivación para mi futuro y me tiene entusiasmado escribirla, ya que, es algo que vemos día a día en nuestra sociedad y a veces me pongo a pensar si es que la justicia es algo más inventado por el hombre para generar consuelo o esperanza en el prójimo.





Desarrollo


Mi cuestionamiento respecto a la Justicia es principalmente porque se contradice entre lo que significa y lo que llevamos a la práctica. Siempre decimos que la Justicia debe ser igualitaria para todos, pero aún así, siento que este concepto posee relatividad y subjetividad, pues lo que le puede parecer justo a alguien, no necesariamente es lo que va a satisfacer mis ansias de justicia.

A veces tendemos a confundir entre Estado de Derecho y Justicia, estos términos no nos indican lo mismo, pero sí tienen una relación. El Estado de Derecho es aquel conjunto de normas, leyes a través del cual se establece el orden público para que los seres humanos logren una sociedad de respeto, pienso que la Justicia debe estar sostenida por el Estado de Derecho pero aún vemos la desigualdad en la Justicia, visión que contradice nuestro concepto. No me deja de hacer ruido la posibilidad de que la Justicia esté controlada por poderes fácticos como las clases sociales y el dinero, me baso para decir esto en lo que mencioné en un comienzo ¿por qué el de clase alta puede obtener justicia antes que el de clase baja? ¿Será porque se “valora” más a aquel que posee bienes y el que no los posee lo tomamos como una simple máquina de trabajo que se le puede prometer de todo y no cumplirle?

Pienso que la justicia, entre otras cosas, es lo que hace que nuestra sociedad se sostenga, es uno de los pilares bases y con esto me refiero a que las principales instituciones de nuestra sociedad (constitución política, leyes, principales instituciones económicas) deben ser capaces de distribuir los bienes de manera equitativa y siempre teniendo en cuenta la división de las clases sociales (división social determinada por el ingreso económico de un individuo), pero nuestra sociedad es construida por el criterio de algunos, y sólo el criterio de aquellos que tienen más razón sobre la realidad es el que prevalece, es decir, que nuestra sociedad es construida de acuerdo a lo que nos dicen los más “poderosos” o “sabios” y pienso que es precisamente eso lo que limita nuestra capacidad de poder mirar más allá de lo que se nos presenta. Podríamos decir que la justicia se construye a partir del criterio de los más poderosos, capacitados para darle una visión universal a la Justicia, y en nuestra sociedad consideramos poderosos a aquellos que poseen dinero, armas, etc. Y aquí me encuentro con otra cuestionante, ya que, pienso que este tipo de hombres construyen, pero lo que construyen lo hacen para que esto los favorezca de alguna forma.
A continuación, revisaré a algunos teóricos contemporáneos para ampliar mi campo de reflexión

“Según Elster (teórico social y político noruego) una primera respuesta aproximada a la teoría de la justicia es que es un sistema de libertades, obligaciones y distribución de los ingresos. Con diversos enfoques, la mayoría de las teorías coincide con este planteamiento. Es necesario decir que al hablar de la distribución de los ingresos nos referimos tanto a la distribución directa de los impuestos, transferencias, como a la distribución de los ingresos que se generan por los recursos productivos o los que se generan por el consumo de artículos o bienes personales (bienes materiales, servicios, respeto por uno mismo, bienestar, conocimiento, salud, aptitudes mentales o físicas, etc.)”

La teoría expuesta anteriormente es sólo una de las tantas que existen (también está la teoría propuesta por Rawls o la de los utilitaristas), pero entre ellas no concuerdan en algunos puntos, por ejemplo, Rawls le asigna mucho valor al respeto por uno mismo y por el otro, mientras que los utilitaristas dicen que el bienestar es lo más importante. En lo personal concuerdo con lo que plantea Rawls (filósofo estadounidense), pues si todos nos respetáramos y nadie desvalorizara a nadie, alcanzaríamos un mayor grado de desarrollo cultural y la pirámide social en la que vivimos se vería un poco más estrecha, ya que, aquel que está en la punta sería más consciente de lo que le pasa al último eslabón y podríamos obtener una sociedad más justa.

Nuestra sociedad es un gran círculo en el cual todos los individuos buscan obtener las mayores ganancias y beneficios, hoy en día nos regimos por ciertas reglas que ayudan al mejor trato entre los individuos, pero cuando aparecen los intereses estas reglas son pasadas a llevar, pues cada individuo lucha por el bien propio y no por el mutuo, que es aquel por el cual todos deberíamos movernos. Muchas veces, un individuo para obtener mayores ganancias o beneficios propios, es capaz de pasar a llevar a otra persona, tratarlo como una mera herramienta productora de dinero y que al fin y al cabo es considerado como un número más, esto es deshumanizar al hombre, lo cual atenta directamente contra la moral de éste, pasando de ser una deshumanización a una total injusticia, pienso que si todos trabajáramos en cooperación, valorizándonos como personas y no valorizándonos por el rango social o laboral en el que nos ubicamos, obtendríamos avances en muchos ámbitos, tendríamos una mejor condición moral, laboral y construiríamos una sociedad más fuerte y armónica.

La semana del 15 al 21 de agosto de este año, los alumnos de 3ro medio fuimos a una experiencia que se realiza en nuestro colegio llamada “Trabajos de Fábrica” en la cual formamos grupos y una familia desconocida nos acoge, luego en la semana debemos ir a trabajar a una fábrica, cumpliendo con todo lo que se le pide a un obrero. En esta experiencia me di cuenta de muchas cosas, una de ellas fue que el modelo social, el cual yo lo veo como una pirámide, no está tan mal, lo que sí está mal es la actitud de aquellos que están arriba pues el dinero y el poder los hace vivir en una nube, despreocupados de lo que le pasa al de más abajo, que en este caso era el obrero. En esta experiencia muchas cosas me parecieron injustas y basándome en el pensamiento utilitarista (pero lo útil puede ser bueno para muchos o unos pocos) y de Rawls, nada concordaba. Los jefes siempre bajaban a la fábrica con mirada altanera y lo hacían solamente para humillar y tratar con malas palabras a los trabajadores, con el fin de que éstos realizaran de mejor manera su trabajo. Este hecho causaba enojo en los obreros y cada día crecía más y más el recelo hacia sus jefes. La fábrica en la que trabaje estaba repleta de elementos químicos y tóxicos y la empresa no contrataba médicos que fuesen a revisar periódicamente a los trabajadores, ante esto, le plantee mi duda al jefe, ya que pensaba que no era obligación de la empresa contratar ese servicio, pero el mismo jefe me dijo que sí era obligación de la empresa y que sí lo hacían, pero esto se contradecía con lo que me contaban los obreros y con las 3 muertes que sucedieron en esa fábrica producto de intoxicación y falta de atención médica. Evidentemente en esta empresa el respeto entre obreros y jefes era poco, más aún por parte de los jefes. Otra gran diferencia se veía en las condiciones para almorzar, esto lo hacían en un casino común para obreros y gerentes, pero las comidas de los obreros eran muy diferentes a la de los gerentes; los obreros tenían “tablas con clavos” como ellos las llamaban, mientras que los gerentes tenían mesas espectaculares y un almuerzo decente, lo mismo pasaba con los tiempos del almuerzo, los obreros sólo tenían 30 min. para hacerlos y los gerentes tenían 1 hora. El respeto y el bienestar eran totalmente avasallados y es aquí donde yo puedo decir que la ley de la vida es que hayan perdedores y ganadores o ricos y pobres, pero el trato que le dan los ganadores a los perdedores o los ricos a los pobres es en lo que no concuerdo y donde veo la injusticia.

Toda persona posee ciertos derechos y deberes, pero estos se basan en cierta concepción de ser humano para establecerlos y quiero detenerme aquí para profundizar. En la concepción de ser humano de los derechos humanos se tiene una muy “elevada” que califica al humano como una persona capaz de pensar por sí mismo, de valerse por sus medios y que es un ser que necesita afecto, dotado de conciencia, de fraternidad, de voluntad libre y capaz de comunicarse mediante el lenguaje y todas estas características son las que le dan dignidad a una persona y por lo tanto los derechos humanos, yo me pregunto ¿Qué sucede con aquellas personas con problemas mentales, incapaces de pensar por ellos mismos? ¿Quedarían excluidas de los derechos humanos y por lo tanto no poseen dignidad? Otro punto en el que encontré un problema es en el preámbulo de los Derechos Humanos que plantean que el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables constituye la base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo, si consideramos nuevamente el caso de una persona con problemas mentales, la cual no cumple con la definición de persona dada por los Derechos Humanos, esta no posee ni libertad, ni justicia, ni puede contribuir a la paz mundial, ya que, no sería considerada como persona y por lo tanto no podría ser trata con respeto, ni con justicia y en último término con dignidad. ¿Cómo es posible no reconocer a un humano como tal? ¿Será que los derechos humanos juegan un rol de “seleccionamiento” tratando de dejar al margen de todo a aquellos considerados como “raros” o “enfermos”?
Ahora me referiré a los Derechos y Deberes Humanos en el plano en que se considera a una persona como tal, éstos los obtenemos por el hecho de ser seres humanos y nadie ni nada nos los puede quitar, pero sí nos los pueden suspender como por ejemplo cuando a una persona la encarcelan, a ésta no le quitan el derecho a libertad, sino, que se la suspenden por un período determinado. Todos los seres existentes en este mundo poseemos ciertos derechos, los cuales son libertades o facultades a ciertos bienes básicos que incluyen a toda persona (independientes de su sexo, edad, estrato social, nacionalidad, etc.) por el simple hecho de su condición humana y para que ésta pueda llevar una vida digna. Estas facultades de todo ser humano no dependen del Derecho Interno (cuerpo jurídico) de un país, pero sí están establecidas dentro de él. Todos estos derechos permiten una mejor relación entre la persona y la sociedad y permite que un individuo tenga una vida más digna.

Anteriormente mencioné que los derechos humanos permiten que el individuo pueda llevar una vida digna, pero ¿Qué es la dignidad? La dignidad es una praxis que le da la condición a un humano de ser respetado y de necesitar del afecto de los demás, nuevamente caemos en la cuestionante de las personas enfermas mentales, pero seguiré abordando el tema a partir de aquel que cumple con la noción postulada en los Derechos y Deberes humanos.
La dignidad es un valor inherente al ser humano por el hecho de ser y lo podemos reconocer dentro de nosotros y en los otros, pero no puede ser entregado a otras personas o cancelado, pero sí podemos ignorarlo. Este valor intrínseco del individuo lo caracteriza desde que nace hasta que muere y lo ayuda en su relación con su mundo (conjunto de relaciones que establece la persona con los demás). Otra de las facultades que otorga la dignidad humana, es que podemos acceder a los derechos y deberes sin ningún costo, los cuales también ayudan en la constitución del ser. La dignidad también proporciona una serie de valores, entre ellos están (hablaré solamente los que considero que tienen relación con el tema que estoy abordando en esta tesis, los otros sólo los nombraré):


  • Principios de no-malevolencia y de benevolencia.
  • Principio de Integridad.
  • Principio de doble efecto
  • Principio de respeto: en cada acción o contexto debemos tratar a los demás y a nosotros mismos con el respeto que tenemos por nuestra dignidad y por nuestro valor como persona. Es importante distinguir las diferentes formas en que hablamos de respeto, ya que, en ocasiones nos referimos al respeto en forma de admiración ("Te mereces mi respeto"), pero el principio de respeto se refiere a algo general que se le debe a todo individuo.


Principio de justicia: nos dice que tratemos a las personas como les corresponde por su condición humana, es decir, tratar a todos por igual en diferentes contextos. Aquí se presenta un problema, ya que, la justicia posee diferentes aspectos ( existe la justicia distributiva; conmutativa; procesal y retributiva) ¿Esto quiere decir que cada persona debe ser tratada de manera diferente acorde al plano de justicia al cual estemos recurriendo, es decir, va a ser diferente el trato que le demos a una persona en un contexto desde el punto de vista de la justicia conmutativa, al trato de la misma persona, en el mismo contexto, pero bajo la visión de la justicia distributiva?
Para comenzar a tratar la pregunta planteada al final del párrafo anterior, debemos definir primero cada tipo de justicia mencionada:

  • La justicia distributiva apunta a la asignación igualitaria de bienes materiales a todos los miembros de la sociedad, sin importar su estrato. Este tipo de justicia habla de un igualitarismo estricto, pero no toma en cuenta la responsabilidad o ejercicio de trabajo de una persona, es decir, da lo mismo si una persona es gerente general de la empresa más importante del país o una persona que trabaja como barrendero, ambos deben recibir lo mismo en cuanto a bienes materiales. A lo largo de la historia se ha generado una discusión por este tipo de justicia, ya que, algunos hablan de ella como “La justicia según la necesidad” donde aquellos con mayores necesidades deben recibir mayores asignaciones de bienes. Otros se refieren como “La justicia según el mérito” donde se sostiene que aquellos que contribuyen más a la producción de bienes deben tener una mayor asignación. Personalmente, veo esta justicia como la segunda propuesta, ya que, la primera da para que las personas se vuelvan sedentarias, en el sentido de quedarse sin hacer nada pues tienen la seguridad de que van a recibir más al tener menos, también pienso que las cosas deben ganarse por esfuerzo y mérito, haciéndonos valer por lo que somos y sin esperar de brazos cruzados a que otros nos brinde ayuda, sino, que buscando la solución a los problemas nosotros mismos.
  • La justicia conmutativa se refiere directamente a la igualdad, pero de acuerdo al intercambio de bienes. En pocas palabras dice que la igualdad en el valor de bienes que se intercambian es necesaria para que el trato se pueda considerar como justo. Por ejemplo (bajo el punto de vista de esta justicia), no sería justo que yo comprase un par de aros de oro, pagando con una escoba común y corriente. Esta justicia regula la relación entre un individuo y otro.
  • La justicia procesal es aquella utilizada para resolver conflictos y/o asignación de recursos. Está relacionada tanto a los procedimientos legales (por ej: resolución de delitos) como a los no- legales (por ej: resolución de conflictos o repartición de beneficios)
  • La justicia retributiva señala que el castigo es adoptado como una condición moralmente aceptada ante una falta o crimen, también dice que el castigo o la pena aplicada a una persona debe ser proporcional a la falta o crimen que haya cometido, básicamente es la ley del “ojo por ojo, diente por diente”. 

Volviendo a tomar la pregunta anterior respecto al trato hacia el individuo en los diferentes campos de la justicia, pienso que efectivamente varía, ya que, los diferentes planos de la justicia mencionados abarcan la vida del individuo desde diferentes puntos de vista, tratando de cubrirla por completo y sin dejar de lado ninguna perspectiva, pero aún así, todas comparten el hecho de ser justicia, por lo que, independiente a la que nos estamos refiriendo, nunca podemos olvidar la dignidad del hombre y siempre debemos tratarlo con respeto.

En un comienzo me pregunté si la justicia era relativa, dando como respuesta acelerada que como derecho, no podía serlo; pero como valor, sí podía. La justicia es un conjunto de reglas y normas establecida en un cuerpo jurídico, que busca entregar equilibrio, bien común y armonía en una sociedad. Estas normas se dictaron por el acuerdo de algunos hombres que se basaron en las necesidades de su sociedad, las cuales quedaron como reglas para la interacción entre los individuos, éstas fueron evolucionando con el tiempo, acorde a las necesidades y exigencias del pueblo. Todas estas normas están escritas en el cuerpo jurídico (constitución política, leyes, etc.) de una nación y estando en estas condiciones pasan a ser únicas, en el sentido de que no son relativas, ya que, basándose en ellas se rige toda una sociedad e incluso una cultura y se aplican para todos de la misma manera. Cambia el panorama cuando nos referimos particularmente al individuo, ya que, aquí la justicia se toma como un valor, el cual se adecua a cada persona de acuerdo a sus convicciones y experiencias de vida (está de más decir que esto es diferente para cada persona, pues cada individuo escribe su vida de diferentes maneras) Al referirnos a la justicia como un valor, podemos entender por qué vemos a tantas personas en las noticias reclamando porque la sentencia dictada hacia un criminal no es la suficientemente severa y esto se debe a que simplemente lo que les parece justo a ellos, no es satisfecho por el cuerpo jurídico o era suficientemente justo para aquellos que lo establecieron por acuerdo.


Conclusión


Si bien a lo largo de este escrito he tratado a la justicia desde el punto de vista “ideal”, de cómo se debería presentar en nuestra sociedad quiero comenzar a aterrizarla a lo que realmente vemos en nuestros días. Mi postura siempre ha sido que toda la humanidad, cada persona, cada cultura, debiera aspirar a un mismo concepto de justicia, alcanzándolo de manera universal, pero me he dado cuenta que la justicia es diferente en cada cultura, tomando en cuenta que el mundo está dividido en dos grandes culturas, la occidental y la oriental, podemos presentar diversos casos en que en una cultura está permitido algo y en la otra es imposible realizarlo, por ejemplo: en la cultura oriental es posible apedrear a una mujer hasta matarla por haber sido adúltera y esto es considerado como una medida justa de castigo por su falta, pero realizar esto en nuestra cultura (haciendo referencia a la occidental) es algo impensable de realizar y aquel que lo intentare hacer, seguramente iría a la cárcel recibiendo el golpe de la ley. Todo esto me lleva a preguntarme ¿podemos alcanzar una justicia común, aspirando a un mismo ideal que logre ser universal? Y si no es así ¿cómo lograremos el equilibrio y la armonía social siendo que cada cultura tiene su propia concepción de justicia? Analizando esto, comienzo a pensar en que si queremos alcanzar esta unidad, una de las culturas tendrá que imponerse frente a la otra, haciendo que su forma de ver la justicia prevalezca de manera que exista una sola forma de llevarla a la práctica.




A medida que iba escribiendo esta tesis, comenzaba a pensar en la discriminación y deshumanización que vemos día a día en nuestra sociedad, el hecho de no respetar a los individuos por su condición de ser humano, volverlo un instrumento, el trato que le dan los de arriba a los de abajo y como éstos últimos reaccionan con esto, etc. Son sólo algunos de los factores que gatillan a que vivamos en una sociedad más separada e individualista.
Me parece que muchas veces cometemos el error de confundir la justicia como derecho y como valor, ya que, constantemente vemos en los medios de comunicación a personas que pelean porque se haga justicia, pero yo me pregunto ¿Pelean porque se cumpla su justicia o la justicia establecidas en nuestro estado de derecho? Claramente no podemos pedir que se haga justicia basándose en las necesidades de cada individuo, con esto no existiría sociedad, sino, vida individual y seres que sólo se preocupan por ellos.
También queda sonando en mí el hecho de que nosotros podamos establecer lo que otro se merece o no, basándonos en el criterio de algunos considerados como “los poderosos” ¿Qué sucedería si, en su fundamento, la justicia fue una creación de esos hombres y todo lo que establecieron fue para obtener mayores beneficios para ellos? Aún así, podemos ver que funciona, muchas veces no en el ámbito individual, pero sí a escala social, ya que, permite que ésta se mantenga en equilibrio.